Thanksgiving

Justo hoy hace dos semanas que aterrizabamos en Barcelona, después de 10 días por un país que ya está apuntado en la lista de «para volver» . Islandia es especial por muchos motivos:
– Los islandeses. Las veces que no estábamos en el medio de la nada nos encontramos con gente alegre (quizás les falte un poco de chispa, sí), honrada, educada y SIEMPRE dispuesta a ayudar (siempre que las normas lo permitieran). Como muestra el señor de la pickup en Gullfoss que nos devolvió a Reykjavik tras mi caida o el hombre que paró su furgoneta para ahorrarnos unos km bajo la lluvia el último día.
– Cívicos: las areas de camping enmedio del monte con una caseta con duchas de agua caliente y baños nos parecían haber salido de otro planeta. En qué otro lugar puedes dejar una bici cargada hasta los topes atada sólo con una mini cadena de espiral y que esté todo en su sitio al volver? Por desgracia eso nos queda muy lejos aquí.

– Paisajes. Si tuvieramos que describir el país con sólo una palabra sería unbeliavable (WOW). Es un contraste constante: del hielo perenne de Jókülsarlon al paisaje lunar de la F26, de las cascadas de caudal interminable como Gullfoss o Dettifoss a las playas de arena negra de Vik. Gracias a tener que coger coche pudimos recorrerlos todos, llegando incluso a los fiordos del noroeste, la joya turística escondida de Islandia.

Y después de este pequeño resumen del país que nos ha dejado enamorados, tocan los agradecimientos. Nuestros padres nos enseñaron que es de bien nacidos ser agradecidos, así que allí vamos.

Cuando compramos los billetes en mayo, poco nos imaginábamos que habría gente dispuesta a echarnos un cable.
Queremos en primer lugar dar las gracias a Bicimarket y a todo el personal de la tienda de Floridablanca por su apoyo y paciencia infinita en todas las visitas que les hemos hecho. Nos aconsejaron qué material era el mejor para llevarnos y de cúal podíamos prescindir (sin duda no pudimos hacer mejor compra que las chaquetas y pantalones impermeables, qué bien nos fueron tanto con las bicis como sin ellas!!!) y nos pusieron a punto las bicis en tiempo récord antes de meterlas en las cajas. Todos sienten pasión por el ciclismo (ya sea carretera, mtb o enduro) y eso se nota en el trato.

En segundo lugar, agradecer a Vueling lo bien que trató nuestro equipaje especial. Nuestro mayor temor era que las bicis no llegaran o que algo hubiera roto las cajas, especialmente a la ida, cuando aún teníamos 9 días de pedaleo por delante. Tanto a la ida como a la vuelta aparecieron las cajas en perfecto estado en la cinta de equipajes especiales, así como la bolsa que habíamos facturado con las alforjas y herramientas. Así que en futuros viajes cicloturistas volveremos a confiar en ellos para llegar puntuales a nuestro destino!

No podemos olvidarnos de nuestros amigos especiales, que quisieron aportar su granito de arena tras leer nuestro proyecto. Santi nos prestó unas alforjas, Rubén ropa de invierno y Marcel, María José y Álvaro nos hicieron un ingreso para que el frío fuera un poquito menos duro con algo de comida caliente. No sabemos si lo hicieron porque les gustó la idea del proyecto o para recibir una postal, ¡que ya todos tienen en casa!

Así como una mención para los chicos de BCN Biker Team, que pacientemente han respondido a nuestras dudas y nos han aconsejado material para llevarnos.

Y si empezábamos el post hablando de lo mucho que nos ha gustado el país y de cómo intentan ayudarte, merecen mención especial  para Visit Reykjanes, Visit South Iceland, Stracta Hotels y Blue Lagoon. (click here to read it English)

Al empezar a planear nuestra aventura, contactamos con Visit Iceland para contarles el proyecto, pues cualquier ayuda era bienvenida.

Los primeros en responder fueron Visit South Iceland, sin duda la región más espectacular, con las cascadas de Skogafoss y el glaciar Jókulsarlón. Se interesaron por nuestra aventura y nos recomendaron el Stracta Hotel para empezar a recorrer la región.

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¡Menudo acierto! Stracta Hotel, situado en Hella, es la puerta perfecta de entrada a la región sur. Llegamos cansados y moralmente derrotados, pues debido a mi caída tuvimos que cambiar el plan, regresar a Reykjavik, coger el coche y conducir hasta Hella por la N1. Además, llevaba lloviendo todo el día. Pero nos esperaba la magnífica bañera de agua a 38ºC que emana directamente de la tierra! Esa tercera noche en el país llovía y estaba nublado, pero imaginad una noche clara de invierno, la posibilidad de poder ver las auroras boreales bien calentitos dentro del agua.

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Eso sí, nos tocó salir corriendo hacia la habitación. Tras 160km de bici, una cama calentita y cómoda nos sentó super bien! Todo en el Stracta está pensado para que el cuerpo descanse de la mejor forma posible.

También acogieron con los brazos abiertos nuestra idea desde Visit Reykjanes. Reykjanes es la región islandesa por la que todo el mundo pasa, pues es dónde se encuentra el aeropuerto de Keflavik, pero precisamente por ese motivo es una de las menos conocidas, pues la mayoría se limitan a ir hacia la capital. Aparte de informarnos de la situación de los carriles bici en la región y de darnos información turística, nos pusieron en contacto con Blue Lagoon para que pudieramos disfrutar de la mayor atracción turística de la zona.

¡Y vaya si se portaron en Blue Lagoon! Como ya explicamos aquí , en la Blue Lagoon nos trataron como reyes. Se encargaron de guardar nuestras bicicletas y nos proporcionaron albornoz y todo lo necesario para que nuestra estancia fuera inolvidable. ¡No queríamos salir del agua para irnos al aeropuerto!

Así que si alguien todavía se lo está pensando, que no lo dude más y que se decida a visitar la isla de hielo con corazón de fuego. Seguro que vuelve encantado, como nosotros!

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